Leandro Colella se hacía llamar “El Musulmán” en las redes sociales y se mostraba ataviado con las vestimentas tradicional del mundo árabe. También exhibía algunas fotos con fondos arenosos para conferir cierta cercanía o justificación geográfica a su relato, como si fuera uno más de aquellos jeques poderosos. De hecho, utilizaba etiquetas de ubicación señalando que estaba “posteando” desde Dubai, Chicago o Emiratos Árabes. Pero no lograba engañar a todos, algunos se revelaban y le decían: “Dejá de subir fotos de Pinterest”, en referencia al sitio abierto de imágenes y descubrimiento visual.
Esa forma de comunicar era parte de su estrategia para atraer seguidores y ofrecer sus cursos sobre finanzas, cuando en verdad, al menos lo que se confirmó por estas horas, se dedicaba a vender drogas.
No es necesario ser un gran investigador para comprender o verificar la farsa de Colella, que además se mostraba en avionetas que fácilmente pueden verse como pertenecientes a la Escuela de Vuelo del Aeródromo de Mar del Plata. “Alquilaba aviones para moverse”, dijeron algunas fuentes, aunque ese es un dato más salido de la ficción de “El Musulmán” que de la vida real.
Precisamente, en la vida cotidiana, “El Musulmán” vivía en un barrio humilde, popular, manejaba un camioneta de 2015 y un automóvil mediano de 2018. Y repartía droga a domicilio para sus clientes, a quienes les pedía, en muchos casos, pagos a través de las billeteras virtuales.
Su caída en manos de la policía es su caída a la realidad también. En la investigación que la policía y la fiscal Daniela Ledesma venían desarrollando en las últimas semanas, se estableció, que utilizaba una panadería como negocio “pantalla”.
Todo comenzó para los detectives, el 21 de julio cuando el personal policial descubrió que Colella vendía drogas a domicilio, principalmente cocaína, utilizando dos vehículos Volkswagen: un Voyage y una Amarok. La investigación se centró en la modalidad de “delivery”, donde Colella entregaba las sustancias a sus clientes en la vía pública. Los seguimientos policiales se realizaron durante más de un mes para reunir pruebas de su actividad ilícita.
El 26 de agosto, los policías siguieron a Colella desde su domicilio en la calle Bestoso 1068 y presenciaron un movimiento sospechoso. Tras interceptar a una mujer que había interactuado con él, le confiscaron 4.10 gramos de una sustancia que se presume era cocaína. Este fue el primer indicio concreto que corroboró las sospechas de las autoridades sobre la actividad de venta de drogas por parte de Colella.
En la jornada del miércoles la vigilancia continuó. La policía observó a Colella realizando otra transacción en la intersección de las calles Santa Fe y Belgrano. Minutos después, interceptaron al posible comprador y le incautaron un envoltorio de nylon con 5.03 gramos de cocaína, lo que consolidó aún más la evidencia.
Estas dos intercepciones de compradores sirvieron como pruebas clave para fundamentar la posterior detención de Colella. Unos minutos despúes la policía procedió a la detención de Colella en la intersección de La Rioja y Belgrano, cumpliendo con una orden de requisa personal y vehicular. En el interior de su camioneta Volkswagen Amarok, hallaron un morral camuflado que contenía un total de 101 gramos de cocaína. Adicionalmente, se le confiscaron un teléfono iPhone 15 Pro Max y una balanza digital en funcionamiento, elementos que reforzaron la hipótesis de su rol como vendedor de estupefacientes.
Finalmente, a las 19.12 del miércoles, se realizó un allanamiento en su domicilio de la calle Lebensohn 6900. En el living de la vivienda, dentro de una conservadora portátil, se encontró un ladrillo de cocaína de 854 gramos envuelto en nylon y cinta. También se incautó dinero en efectivo, dos frascos con 18 gramos de marihuana y otra balanza digital. La suma de todas las evidencias llevó a que la detención de Colella fuera concedida, formalizando la acusación por comercialización de estupefacientes.
De sus 907.000 seguidores en Instagram (hoy se duda que sean reales) muy pocos aún se enteraron de lo sucedido. Pero esos pocos ya se están mofando de él en los comentarios.
