Sileoni sobre los incidentes en la Escuela 21: “Son hechos terribles y un fracaso de la sociedad”
El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, utilizó la palabra “fracaso” al analizar, en diálogo con LA CAPITAL, lo ocurrido días atrás en la Escuela N° 21 del barrio Jorge Newbery. “Cuando entra la violencia de ese modo, con una conducta grupal que anula el pensamiento racional, que trabaja por impulsos, casi un comportamiento primitivo e irracional… no hay palabra, solo desmadre”, dijo.
Para Sileoni, lo que pasó el martes en Mar del Plata -un presunto tocamiento entre un niño de 10 años y dos niñas de 7 que terminó con disturbios, agresiones y el incendio de una vivienda- es “uno de esos hechos terribles a los que no nos acostumbramos, aunque sean frecuentes”.
“Son hechos terribles, hechos que me parecen un fracaso de la sociedad, un paso para atrás siempre”, dijo y admitió que la Provincia viene registrado una “escalada” de situaciones de este tipo: “En estos últimos días ha habido varios hechos en La Plata. Tenemos varios hechos en José C. Paz, donde dos o tres madres se pelearon entre ellas en el patio de una escuela”.
Consultado por su mirada sobre los disturbios en la Escuela N° 21, que incluyeron policías heridos, patrulleros dañados y docentes evacuados por accesos secundarios, el funcionario señaló: “Lo primero que marco es la responsabilidad de la escuela, pero también que una gran cantidad de estos episodios de violencia son hechos de violencia social que se manifiestan en la escuela”.
Sileoni aclaró que no pretende “desresponsabilizar al Estado ni a las autoridades”, pero insistió en que “acá hay un hecho que tiene que ver con una violencia social… no sé si frecuente, pero al menos alta, que se manifiesta en este caso de la escuela 21 con inusitada violencia”.
“Estamos hablando de un niño de 10 años. Comete un hecho indebido, grave, algo que hasta creo que tenemos dificultades para denominarlo. Es un tocamiento. Algunos lo llaman abuso, pero para hablar de abuso o de un delito contra la integridad sexual se deben dar otras circunstancias”, analizó.

Para Sileoni, el episodio “debía resolverse en el marco de la escuela y el diálogo”. “Hay dos niñas que son víctimas. Hay que resolverlo poniendo palabra, quizá alguna reflexión sancionatoria… pero esto termina en un hecho de inusitada violencia”.
Seguido, el director general de Cultura y Educación bonaerense cuestionó: “Irrumpe un grupo de personas que pierde la individualidad, que actúa en forma impulsiva, emocional, desordenada y violenta, y que termina incendiando una vivienda. ¿No es demasiada represalia para un niño que cometió un presunto acto indebido?”.
“Cuando eso sucede, no hay más palabra. Y la escuela es un ámbito de la palabra, de la mediación. No decimos que no debe haber sanción, pero debe haber un escenario donde se puedan dirimir estas situaciones con palabras y razonamiento”, agregó.
Y sumó: “La escuela no es un escenario de la anomia donde todo vale. Tiene sanciones, tiene normas. Muchas sanciones, y no lo digo por este caso puntual, pueden terminar en que a un niño se lo invite a irse a otra escuela”.
Pablo Funes. @dronmardelplata
“Cuando eso sucede, no hay más palabra. Y la escuela es un ámbito de la palabra, de la mediación. No decimos que no debe haber sanción, pero debe haber un escenario donde se puedan dirimir estas situaciones con palabras y razonamiento”, agregó.
Y sumó: “La escuela no es un escenario de la anomia donde todo vale. Tiene sanciones, tiene normas. Muchas sanciones, y no lo digo por este caso puntual, pueden terminar en que a un niño se lo invite a irse a otra escuela”.
“Hechos marginales”
Sileoni descartó que haya “una pandemia de violencia” como, a su entender, buscan reflejar algunos medios de comunicación. “Seguimos viendo hechos marginales”, dijo.
En ese sentido, también cuestionó un discurso que sobredimensiona la violencia en la provincia: “Hay una suerte de regodeo con la provincia de Buenos Aires como dominio de la barbarie. Muchas cosas son detestables y nos preocupan, pero buena parte de lo que ocurre tiene que ver con el volumen del sistema educativo bonaerense”.
Seguido, recordó algunas cifras: “Entre el nivel primario y secundario debe haber 90.000 aulas, hay 4.500 escuelas secundarias, 1.700.000 alumnos solo en el nivel secundario… Pueden pasar cosas que no nos gustan, pero siguen siendo marginales. No es una pandemia de violencia que arrastra todo el sistema”.
¿Qué falló?
Consultado sobre qué fue lo que falló en esta comunidad educativa, Sileoni se diferenció de la postura que expuso el Consejo Escolar, que acusó fallas en el sistema y la legislación, y al respecto indicó: “No escondemos nuestra responsabilidad. Pero, ¿no hay un nivel inusitado de violencia que entra de afuera a la escuela? La directora quiso componer, hablar con los padres, recibirlos de a dos o tres, pero no lo pudo hacer porque la violencia entró”.
En la misma línea, el funcionario agregó: “Cuando entra la violencia de ese modo, con una conducta grupal que anula el pensamiento racional, casi un comportamiento primitivo… no hay palabra. Un adulto arrancó un matafuego de la pared y empezó a pegar”.
“Puede ser que tengamos que pensar en los inspectores distritales, regionales, los de nivel primario, los equipos de orientación escolar, y ver qué cosa no vimos”, dijo, pero enseguida destacó: “Queremos discutir de cara a la sociedad un concepto de corresponsabilidad. Porque si no, es muy difícil”.
Así fueron los incidentes en la Escuela Nº 21
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— Diario La Capital Mar del Plata (@lacapitalmdq) November 12, 2025
“Se desmadró”
Por otro lado, Sileoni reflexionó sobre el rol de la educación: “¿Qué sería la sociedad sin la escuela como freno, como dique, como territorio de paz? Tengan un poco de respeto por la escuela”.
“Esto se pudo haber resuelto en la escuela, con padres más o menos enojados pero racionales. Se desmadró y terminó participando un fiscal general, un fiscal de responsabilidad juvenil, la Dirección de Niñez, los gremios, el Materno Infantil, un juez de familia… no daba la situación para eso. Y aparte el incendio de una vivienda precaria”, añadió.
También relacionó el episodio con discusiones más amplias: “Estamos tratando de discutir con la sociedad un criterio de corresponsabilidad, no solo en casos de violencia. Lo venimos hablando en los casos del uso de tecnología”.
Cómo sigue la escuela
Tras los episodios de violencia del martes, no volvieron a dictarse clases en el establecimiento. Consultado por el funcionamiento de la escuela, Sileoni dijo: “El jueves no hubo clases, pero sí actividades internas con inspectores, equipos de orientación y docentes. Hay que recuperar el diálogo con las familias”.
Además, recalcó la necesidad de “serenar”: “Después del vértigo de la violencia hay que sentarse en ronda y ver qué llevó a estas cuestiones. Si hay que tomar decisiones sobre los chicos habrá que hacerlas, pero nunca en un clima de violencia”.
Y anticipó su expectativa: “Espero que la semana que viene recuperemos la rutina. Volver a la enseñanza y a la convivencia pacífica también forma parte de lo que hay que sanar”.
Sobre el final, Sileoni reflexionó: “Lo que pasó es una tristeza por los pibes, una reflexión por este niño que no hizo lo que debía y por las niñas afectadas. Pero también una gran tristeza porque la sociedad retrocede 70 casilleros cada vez que nos sometemos a este tipo de violencia”.

