Por Marcelo Solari
Llegó precedido de buenos antecedentes y, hasta ahora, viene respondiendo a las expectativas. Matías Bernardini sin dudas será una de las principales vías de gol para Unión en la Liga Argentina. El escolta, hijo de Ariel Bernardini (campeón con Peñarol en 1993/94) nació precisamente en Mar del Plata en aquellos años. Y analizó con LA CAPITAL las posibilidades del “celeste” en la temporada que se inicia.
-Si bien fueron sólo dos partidos amistosos, ¿se puede hacer un balance de esos juegos de preparación?
-Me parece que fueron muy positivos. Si bien es cierto que fueron solamente dos partidos, también es verdad que nosotros no llegamos a tener un mes de pretemporada. Entonces estamos encontrando cosas muy positivas incluso en una etapa muy prematura en nuestra preparación, así que eso nos pone contentos.
-Jugaron dos muy buenos partidos ofensivos, acaso ante dos equipos que no defendieron tanto. Ciclista lo exigió a Quilmes con su defensa y tal vez sintió el cansancio al jugar en noches consecutivas…
-Puede ser, puede ser. Y también me parece que, si bien nuestro equipo no tiene ninguna figura descollante, creo que los diez que entramos en cancha podemos lastimar. Es algo que tenemos a favor nuestro. Cuando entra la segunda unidad, nuestro nivel no baja, y eso lleva a que sigamos anotando con constancia.
-¿Se verá a Unión jugando partidos a anotar muchos puntos?
-No lo sé, la verdad, es muy temprano todavía. Creo que tenemos la capacidad para hacerlo, pero al mismo tiempo no tenemos que descansar mucho en eso porque también nos va a tocar jugar de visitantes, en canchas diferentes. Yo creo que tenemos que intentar bajar un poco el goleo de los rivales y ahí ver qué pasa con nosotros. Claramente si metés 120 puntos va a haber un ritmo muy alto y por lógica te van a anotar más. Pero ojalá pudiéramos convertir 120 puntos todos los partidos.
-Tampoco van a jugar como locales en El Quincho. ¿Eso también puede influir?
-Yo soy nuevo acá, pero los chicos me dicen eso, que en el Polideportivo puede ser más difícil. Pero creo que si continuamos con esta creación de lanzamiento sin tener que tomar muchos tiros forzados, la pelota va a entrar. La clave será esa: seguir jugando en equipo que es nuestro fuerte.
-De todas maneras, ya lo conocés al Polideportivo…
-Sí, me ha tocado jugar en el “Poli” varias veces y en estadios grandes así. Es verdad que te cambia un poco la perspectiva, pero sigue siendo redonda la pelota y el aro está a la misma altura. Me parece que es más una cuestión mental que otra cosa.
-¿Qué objetivo se plantea Unión para la temporada?
-Todavía no lo hablamos entre nosotros. Yo estoy seguro de que nuestro primer objetivo tiene que ser entrar en play-offs. Meter un play-off y ahí ver para qué está el equipo. Claramente, Unión siempre está luchando ahí, pero además creo que este año estamos generando una buena química, las incorporaciones nos pudimos ir adaptando rápido, así que nuestro objetivo de mínima tiene que ser entrar en play-offs.
-¿El apellido acarrea una carga genética positiva, fue una responsabilidad extra o te resultó indiferente?
-Por ahí cuando yo era más chico influyó un poco, sí. Pero en ese sentido, mi viejo nunca metió ninguna presión. Yo jugué al básquet porque mamé básquet desde que nací. Nadie me obligó. Y después, gracias a Dios de chico ya empecé con los seleccionados formativos, así que fui haciendo mi pequeño nombre aparte. Igual, siempre es orgullo que me hablen de mi viejo y hasta que me comparen en algo porque él fue un gran jugador, pero ya lo tomo más como algo positivo.
-¿Tenés recuerdos de él en la cancha o eras muy chico?
-Tengo recuerdos de él en Rosario, ya de grande, pero igual los cagaba a goles a todos (risas). Y hasta el día de hoy le das una pelota, te tira tres o cuatro triples y ya engancha. Es como andar en bici. Tuve la suerte de ver algunos partidos, aunque era más complicado en esa época tener registros para archivar. Pero tengo algunos, los he visto. Y siempre hablo mucho de básquet con él. Es positivo tener cerca a alquien supo ser tan importante en su época.
-Adaptarse a una ciudad como Mar del Plata no debe resultar difícil, ¿no?
-No, para nada, para nada. Yo nací acá. Me encanta Mar del Plata. Estoy con mi esposa y para ella también es una ciudad hermosa. En ese sentido, creo que más fácil que Mar del Plata para adaptarse no debe haber.
